Presentación de «Yo el Supremo» en Nueva York.

Academia Norteamericana de la Lengua Española

Presentación de Yo el Supremo en Nueva York

30 de Abril de 2018

La Academia Norteamericana de la Lengua Española (ANLE) presentó el 24 de abril, en el Instituto Cervantes de Nueva York, la edición conmemorativa de la Real Academia Española (RAE) y la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE) Yo el Supremo, preparada como homenaje del centenario del nacimiento del escritor, periodista y guionista paraguayo Augusto Roa Bastos.

El acto, que comenzó con un video con imagen y voz del escritor paraguayo, contó con tres enfoques críticos complementarios, a cargo de los académicos Daniel R. Fernández, Nuria Morgado y Gerardo Piña-Rosales.

Gerardo Piña-Rosales comenzó recordando que el dictador de la obra es un personaje histórico de finales del xix, cuya dictadura en el Paraguay duró 40 años. «Pero el doctor Francia no es un dictador cualquiera”, afirmó Piña-Rosales. «Es yo y Él, y otros, un yo colectivo, como se ve a sí mismo, multiplicado por los espejos de su arrogancia y omnipotencia. Es un personaje arquetípico, con varios rostros, o por lo menos Janus bifronte, y siempre humano, tremendamente humano. Vemos al dictador en su soledad, aislado del mundo y de la vida, en su postrera senda hacia la muerte, refugiándose en la escritura, aunque las palabras traicionen siempre, y así, garrapatea folio a folio, como un obseso, en su delirante diario, acosado por sueños paranoicos».
 

RADIOGRAFÍA DEL DICTADOR

Piña-Rosales agregó que «la novela Yo el Supremo, de Augusto Roa Bastos, obra de múltiples registros discursivos, palimpséstica, de prosa troquelada, barroquizante, es ante todo una radiografía del dictador, una radiografía que, sin caer en burdos maniqueísmos, revela una compleja personalidad o personalidades».

A continuación, Daniel Fernández precisó que el protagonista de la novela, José Gaspar Rodríguez de Francia, «es dictador precisamente porque dicta: dicta sus cartas, edictos, sentencias de muerte a un amanuense llamado Policarpo Patiño, que las transcribe a papel y pluma. Lo que distingue al doctor Francia de otros muchos dictadores que se han dado tanto en tierras donde se habla español es que es un dictador ilustrado».

Por su parte, Nuria Morgado afirmó que Yo el Supremo es «una obra increíblemente compleja, con un intenso trabajo del lenguaje, donde se hace clave el trabajo de su autor sobre el archivo historiográfico. Con esta novela, Augusto Roa Bastos trascendió las fronteras de la novela histórica. Es una obra polémica que cuestiona los valores establecidos, una obra de reflexión, de crítica y de examen de conciencia, una de esas que pareciera estar destinada a producir todo tipo de alergias a los lectores».

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