Tomás de Mattos (1947-2016). Foto: «El Observador».

Academia Nacional de Letras de Uruguay

Luto por el fallecimiento de Tomás de Mattos

21 de Marzo de 2016

El escritor, periodista y abogado uruguayo Tomás de Mattos (1947-2016) ha fallecido el día 21 de marzo, a la edad de sesenta y ocho años, en la ciudad de Tacuarembó. Él se definía como «tacuaremboense nacido en Montevideo» porque es allí donde vivió la mayor parte del tiempo.

Académico emérito de la Academia Nacional de Letras de Uruguay desde 2012, De Mattos fue director de la Biblioteca Nacional de su país entre 2005 y 2010. Colaboró en distintas publicaciones periódicas, como MarchaBrecha y el suplemento cultural de El País. También fue columnista de la revista semanal Caras y Caretas.

En 1975 apareció su primer volumen de cuentos, Libros y perros, «en el que puso de manifiesto sus excepcionales aptitudes como narrador», según el obituario publicado en El País. El siguiente título, también de cuentos, Trampas de barro (1983), obtuvo el Premio Hermes del Correo de los Viernes. Su tercer libro de este género fue La gran sequía, de 1984.

La consagración narrativa le llegó en 1988 con su primera novela, ¡Bernabé, Bernabé!, por la que obtuvo el Premio Bartolomé Hidalgo. Le siguieron otras obras destacadas, como La fragata de las máscaras (1996), A la sombra del paraíso (1998) o La puerta de la misericordia (2002). En 2010 vio la luz El hombre de marzo. La búsqueda, al que siguió, en 2013, un segundo volumen, El hombre de marzo. El encuentro. Su última novela fue Don Candinho o Las doce orejas, de 2014.

Tomás de Mattos recibió, entre otros galardones, los premios del Ministerio de Educación y Cultura, el Fraternidad (1990), el Morosoli (1997) y el de la Intendencia Municipal de Montevideo.

El poeta y primer vicepresidente de la Academia Nacional de Letras de Uruguay, Jorge Arbeleche, ha asegurado que De Mattos ofreció «la más soberbia narrativa de los últimos años de nuestra literatura. Ajeno a la soberbia o a la petulancia, sin ignorar su luminosa identidad como escritor, jamás hizo gala de ella».

«Lo conocí desde diferentes ángulos —ha añadido Arbeleche—, y cada uno me permitió ver una personalidad singular y única. Así es que se unían a su natural condición de bueno (a la manera machadiana), la del amigo bonachón y humorista, que disfrutaba y ejercía la risa entre amigos. Fue bueno, fue noble, cristiano de ley, de raíz y de ejercicio. Esperemos que san Pedro no le permita fumar más. A nosotros no nos hizo caso. Creo que era una forma inteligente de enfrentarse a la muerte, entre bromas y veras».

«Una obra enorme y un espejo fiel»El País, 22 de marzo de 2016.

«Murió el escritor uruguayo Tomás de Mattos»El Observador, 21 de marzo de 2016.

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